Se trata de una medida que el gobierno francés quiere aprobar de cara a los próximos 5 años, y que está sobre la "mesa de diálogo" desde el pasado 8 de noviembre.
Está claro que con la creciente inflación el poder adquisitivo de los trabajadores/ras ha disminuido sensiblemente, y en este contexto aumentan las peticiones de aumentos salariales, y ésta de repartir dividendos entre la plantilla empresarial sería una forma de ampliar beneficios.
Ésta es una promesa electoral de Emmanuel Macron, que ya quería aprobar este verano, pero que a pesar del retraso espera poder hacer efectiva y vinculante en el próximo quinquenio, y se basa en la afirmación de que cuando hay un aumento de dividendos por los accionistas, y debería haber un mecanismo idéntico para los empleados.
Según datos de la ONG Observatoire des Multinationales, las 40 principales empresas francesas pagaron durante 2021 la cifra récord de 57.500 millones de dividendos a sus accionistas.
Los trabajadores franceses ya están también protegidos por otros mecanismos, como el reparto de beneficios, que está condicionado a los resultados de la empresa, ya que en organizaciones de más de 50 trabajadores/ras, la participación es obligatoria, y también están los pagos excepcionales, a los que en un primer momento se llamaron “bono Macron”, pero finalmente se pasaron a decir “bonos de reparto de valor”, dinero que además hasta 6.000 € al año está exento de impuestos .