Y es que trabajar más horas no necesariamente es sinónimo de mayor productividad, ya que si miramos más ejemplos, el famoso Henry Ford, en 1926, también bajó las horas de trabajo, después de haber realizado varios experimentos que demostraban una idéntica productividad.
Y uno de los ejemplos más recientes que podemos exponer, es el de Islandia, un país en el que se ha pasado de una jornada laboral de 40 horas, a otra de 36 horas semanales, con resultados más que positivos.
Si a Espanya s’apliqués una jornada laboral de 32 hores a la setmana, durant 4 dies, caldria poder assegurar la mateixa productivitat, i també la mateixa quantitat de feina feta, o el que seria el mateix, un 20% més de productivitat, i sembla que ara mateix, si es té en compte el rati de PIB i hores treballades, no hi ha un molt bon rati de productivitat.
Pero por otra parte, parece que éste podría ser un incentivo muy bueno para atraer y retener el talento, en todas aquellas empresas que deciden aplicar este modelo de jornada laboral, y esto siempre son datos positivos.