El fin de la pandemia y de las restricciones causadas por el Covid han reducido el porcentaje de personas que regularmente trabajan desde casa, pero sin embargo se superan en tres puntos los niveles previos a la pandemia.
De todas formas, durante el último año, el número de empleados cubiertos por un acuerdo de trabajo a distancia se ha multiplicado, pero la crisis de precios juega en contra, porque está bloqueando gran parte de los acuerdos vía negociación colectiva.
Todos estos acuerdos para trabajar a distancia tienen especial importancia en las grandes empresas, y con perfiles de trabajadores altamente cualificados, con mejores salarios y un medio de edad entre 35 y 54 años, frente a sectores más precarios que quedan lejos de los beneficios del teletrabajo.
Si se repasa la cronología en octubre de 2020 el Ministerio de Trabajo estableció un acuerdo entre patronal y sindicatos para crear una nueva Ley del Trabajo a distancia, bajo la máxima de que los costes de esta práctica no pueden recaer en los bolsillos de los empleados, y que por tanto, las empresas que deben encargarse de proveerlos de los medios necesarios.
En octubre de 2021, el 3% de los trabajadores está cubierto por un convenio colectivo en vigor que regula los derechos del trabajo a distancia. Y en octubre de 2022, el 9% de los empleados teletrabaja regularmente, según datos que el Ministerio de Trabajo facilitó al diario “El Periódico”.
Este porcentaje asciende hasta el 12% si se toman como referencia los datos de la última encuesta de población activa (EPA) del INE. Y según cálculos del Banco de España, los niveles de teletrabajo tienen mucho campo por recorrer y casi tres veces más empleados podrían trabajar desde su casa si las empresas con medios para ofrecer esta modalidad, lo hicieran. Pero parece que las reticencias de las empresas por asumir nuevos costes es el principal freno de las empresas.