Las primeras 6 semanas de permiso son obligatorias tanto para la madre, como por el padre, y las otras 10 cada progenitor se las puede distribuir como más le convenga, y de manera ininterrumpida hasta el año de vida del recién nacido.
Después de este primer periodo obligatorio de descanso, se deberá informar a la empresa donde se trabaje, con una antelación mínima de 15 días, de cómo se utilizará este permiso; en caso de que los dos miembros de la pareja trabajen en la misma empresa, ésta puede alegar que los permisos no se hagan de manera simultánea, siempre y cuando haya razones fundadas, objetivas y debidamente motivadas por escrito.
A partir de estas primeras 6 semanas existe la posibilidad de disfrutar de este permiso de maternidad y paternidad a tiempo parcial, pero siempre habiendo pactado con la empresa. Pero como estas 10 semanas posteriores son un derecho y no una obligación, el trabajador/a podría renunciar.
Tan la madre, como el padre tendrán derecho a percibir un subsidio del 100% de la base reguladora de su salario durante este permiso de maternidad y/o paternidad, pero sin incluir dietas, cheques restaurante o plus de transporte.
Una vez los progenitores se reincorporen al trabajo, pueden tener derecho a una hora de ausencia de trabajo al día, que a la vez se podría dividir en dos fracciones, por el cuidado del lactante, hasta que tenga 9 meses; también se puede acordar con la empresa una reducción de jornada de media hora, o acumularse para poderlo usar después en jornadas completas.
Y otro derecho es el de poder reducir la jornada laboral hasta que la o el menor tenga 12 años, pero en este caso comportará una bajada proporcional del salario.