Plataformas como TikTok, Instagram, Twitter o LinkedIn han pasado a ser espacios en los que la conducta personal puede influir en el entorno laboral. La utilización de estas redes como prueba para justificar sanciones, incluso despidos, es un aspecto que las empresas consideran con mayor detenimiento.
Recientemente ha habido cuatro sentencias que declaran procedentes despidos por colgar contenidos a tik tok en las siguientes situaciones: Dentro del espacio de trabajo, por crear vídeos hablando mal de los clientes, también por colgar vídeos bailando mientras la persona estaba de baja por lumbalgia , y finalmente para crear contenido haciendo volteretas en una pierna elástica, estando de baja por una luxación en el peroné.
- Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha de 17 de octubre de 2023. Nº de Recurso: 585/2023 Nº de Resolución: 1418/2023
- Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias de fecha 18/10/2022 Nº de Recurso: 1821/2022 Nº de Resolución: 2044/2022
- Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de fecha 30/03/2022 Nº de Recurso: 111/2022 Nº de Resolución: 267/2022
- Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León de 29 de septiembre de 2022. Nº de Recurso: 555/2022 Nº de Resolución: 644/2022
La diferencia entre contenido público y privado es crucial. En el contexto de un despido justificado por publicaciones en las redes sociales, es necesario distinguir entre lo que se comparte públicamente y lo que está restringido. La configuración de privacidad y la naturaleza de las publicaciones desempeñan un papel esencial en la evaluación de la gravedad de los hechos.
Es importante tener en cuenta que el uso de redes sociales como evidencia para acciones disciplinarias puede chocar con derechos fundamentales como la intimidad y la libertad de expresión. Cada caso debe ser evaluado individualmente, considerando las circunstancias específicas para garantizar que no se viole ningún derecho del empleado.
En el ámbito laboral, la grabación de vídeos o imágenes en las instalaciones de la empresa es otro aspecto delicado. La empresa debe contar con políticas corporativas claras que indiquen las restricciones o prohibiciones sobre la difusión de contenido audiovisual dentro de las instalaciones. Estas políticas pueden abordar la prohibición de grabar en áreas designadas, o también en la difusión de contenido generado dentro de la empresa.