Este problema empezó a dibujarse cuando las empresas reanudaron su actividad después de la pandemia y no conseguían mano de obra, lo que se generalizó en casi todos los sectores, incluso en el de la Hostelería.
Pero según datos de la ECTL, en España, al cierre del año 2022, había 140.517 vacantes, que estaban definidas como "lugares de trabajo remunerados creados recientemente o no ocupados, o que están a punto de quedar libres". Una cifra escasa en un mercado laboral con 20 millones de ocupados y 3 millones de desempleados.
Parece que uno de los motivos que pueden llevar a esta situación es la gran volatilidad que siempre ha habido en el mercado laboral español, puesto que hasta la reforma laboral, nueve de cada diez contratos firmados al mes, eran temporales (y después de la norma pasaron a ser 6 de cada 10), lo que hace que muchas empresas no los consideren “vacantes”, puesto que no suponen la creación de nuevos puestos de trabajo, ni la cobertura de posiciones estructurales para su actividad.
Lo que se desprende de estos datos es que España no tiene un problema de Gran Renuncia de trabajadores, sino de carencia de ofertas de empleo, ya que estos datos del INE, que se elaboran con una metodología rigurosa tasada por Eurostat rigurosa, suponen un llamamiento de atención sobre la capacidad de crear empleo de nuestro país.