Según los datos de la Encuesta de Población activa (EPA) del primer trimestre del año, el 88,8% de los españoles nunca teletrabajaba. Según el INE, durante los tres primeros meses del año, el 5,85% por ciento de los asalariados españoles declaraba teletrabajar más de la mitad de los días en su domicilio, y el 4 por ciento de forma ocasional.
Por tanto queda claro que estas cifras demuestran que la cultura empresarial española todavía es presencial, y que el teletrabajo no acaba de cuajar.
Estos datos contrastan con los de otros países europeos o en E.E.U.U. en los que el teletrabajo está más implantado y aceptado, aunque en torno a esta cuestión siempre hay preguntas como la pérdida de contacto con la oficina y el universo que hay en cada una, y sobre todo con las compañeras y compañeros de trabajo.
Y otro paso que a las empresas les cuesta mucho hacer es permitir que las personas teletrabajen desde su segunda residencia, en estos casos es determinante la cultura empresarial que haya, sobre todo en términos de flexibilidad, ya que para poder trabajar desde la playa es necesario que la compañía valide el segundo domicilio, y evalúe los riesgos laborales de la segunda residencia.