Cada vez más, la gente demanda una conciliación entre la vida laboral y familiar, puesto que se reconoce que una persona rinde más cuando ha tenido tiempo suficiente para descansar, divertirse y desconectar.
Además, según algunos estudios que intentan descifrar cómo sería la nueva ley, el salario mensual de todos los trabajadores aumentaría, ya que seguiría siendo el mismo pero utilizando menos tiempo del día. Por ejemplo, en el caso de alguna persona que hubiera sufrido una reducción de jornada a 20 horas semanales, ésta representaría el 53,3% de la jornada total, en lugar del 50% anterior. Esto significaría un incremento del 3,3% en el sueldo por el mismo trabajo.
Esta medida beneficia a los trabajadores/ras, ya que la salud mental es crucial para el buen desarrollo de las tareas profesionales. Así, es indiscutible la importancia de esa conciliación desde cualquier perspectiva.
Por lo que se refiere a las empresas, inicialmente podría parecer que una reducción de la jornada laboral implicaría un aumento de los costes de producción, ya que los trabajadores seguirían cobrando lo mismo pero trabajando menos horas. Sin embargo, esta suposición cambiaría si se demostrara que la productividad mejora con menos horas y que los objetivos se pueden conseguir con menos tiempo invertido.
Éste es el caso que han mostrado los datos obtenidos de pruebas reales en otros países de la Unión Europea. Países como Dinamarca, Francia, Bélgica o Islandia, y más recientemente Países Bajos y Noruega, han implementado reducciones de jornada con resultados positivos.
Los profesionales de recursos humanos saben que los incentivos hacen que los trabajadores se impliquen más en los proyectos. Además, la mayoría de los trabajadores considera esencial la conciliación entre la vida laboral y personal. Las empresas que facilitan este equilibrio mejoran sus contrataciones, resolviendo así uno de los grandes problemas que enfrentan a las PYMES, así como su productividad y evolución en los diferentes sectores laborales.